La frustración en el manejo del dolor, y de muchas otras dolencias donde el tratamiento de primera elección (drogas sintéticas de laboratorio) resulta con efectos colaterales durante una enfermedad, ha obligado a la medicina occidental explorar otras rutas para resolver de manera más simple y eficaz,  retos que la naturaleza los enfrenta de manera orgánica, en el asomo de la sobrevivencia (existencia de la especie), que por millones de años ha demostrado ser eficaz.

El uso del cannabis medicinal se remonta a la antigüedad y ha sido utilizado por diversas culturas en todo el mundo; En la MTC medicina tradicional china, el cannabis se utilizaba para tratar dolores de cabeza, dolores menstruales y reumatismo. La medicina india ha utilizado el cannabis durante miles de años como analgésico, sedante y antiespasmódico.

Los egipcios, utilizaban el cannabis para tratar dolores de cabeza y dolores de oído, y en  la cultura griega, el cannabis se utilizaba como analgésico y para tratar problemas gastrointestinales. Tambien hay escritos médicos persas que relatan el uso del cannabis para el insomnio y la ansiedad.

En el siglo XIX, el cannabis medicinal se utilizaba ampliamente en Europa y América del Norte, y se consideraba una opción terapéutica segura y efectiva para tratar una gran  variedad de afecciones médicas, incluyendo la epilepsia, el dolor crónico y la ansiedad.

En la década de 1930, el cannabis fue prohibido en muchos países debido a las preocupaciones sobre sus efectos psicoactivos y potencial abuso. Desde entonces, los defensores del cannabis medicinal han conseguido en muchos países que se legalice su uso terapéutico en personas que padecen diversas afecciones médicas, como el caso Charlotte.

 Con la apicultura cannábica, lo que se trata ahora, es: aprovechar esa metodología y estrategia bioquímica, del mundo natural, pecoreo de abejas en plantas masculinas (cannabis/CBD/THC), aprovechamos está diligencia  bioquímica que gestionan las abejas para cosechar productos de colmenas cuyas abejas han visitado estas plantas.

En este contexto, después de muchos ensayos de experimentación, un equipo de expertos en temas de apicultura y del cannabis han unido propósitos, encaminados en lograr que las abejas hagan suyas la floración de la planta de marihuana  con el fin de pecorear sus flores para la construcción, elaboración de los más disímiles productos y elementos que conforman la colmena.

Sin intervención humana en la elaboración de productos, las abejas mismas ofician como laboratorio para procesar sus productos, para ofrecerlos luego a beneficio de la humanidad.

Escriba a nuestra plataforma de correo electrónico para comentarios y/o necesidades de mejorar su salud con elementos de la colmena. No olvide que la miel es el mejor alimento para la salud humana, y en las abejas está el futuro de la especie humana.

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