Un bosque no es otra cosa que el templo sagrado de la naturaleza, donde a través de la frenética actividad biológica se mutan y transforma toda la materia viva. Es el laboratorio que permite la evolución de las especies – vegetales y animales -, de ahí la importancia de estas selvas de manglar en el Caribe de Colombia.

En buena hora, Apple, empresa de tecnología ha fijado sus ojos de proteger esta clase de ecosistemas, tan sensible a la presión del cambio climático. Y, fue el manglar rojo (colorado) la especie elegida en San Antero – Córdoba, para su conservación.

Más de 10.000 hectáreas, a cielo abierto, entre barreras coralinas, rebosantes entre Punta Bello, Punta Bolívar,  y su área de influencia dentro del Golfo de Morrosquillo, en las adyacencias de la desembocadura del río Sinú, es donde los discípulos del Maestro Steve Jobs, fundador de la empresa de la manzana son los encargados ahora de nutrir con sus recurso económicos la conservación de esta jungla de selva de mangle.  

" En esta misma dirección esperamos seguir avanzando en la polinización natural que ofrecen las abejas melíferas, en proyectos que se han inoculado en el área de influencia para beneficio de los nativos de la región, con la orientación y el apoyo misionero de la doctora Calongge Karina (2.008)."

Con base en esta experiencia se ha comenzado a extraer mieles de manglar con fuerza coralina en su sabor y olor. Su calidad y pureza se resalta, en respetar la energía individual de cada colmena, de cada comunidad de abejas melíferas, sin dejar que la miel se mezcle, entre una colmena y otra.  Permitir mezclar mieles de diferente nido (reina) es degradar la calidad energética y su potencial organoléptico, en sus elementos activos.

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