Las mascotas, un vínculo coevolutivo

Continuando el abordaje del vínculo coevolutivo del humano con otras especies distintas a los perros se ha probado que comenzaron mucho antes de su domesticación formal y que estas relaciones no siempre eran de cooperación o utilidad directa, pero si suponían una forma primitiva de coexistencia y aprendizaje mutuo. Como ya mencionamos en el escrito precedente, los primeros ejemplos claros de vínculos simbióticos con animales (como gatos y aves rapaces) surgieron en el Neolítico.

Múltiples estudiosos se aproximan al tema de las primeras interacciones entre los seres humanos y los animales no humanos desde la arista evolutiva, apenas pertinente, pues es la que sustenta la construcción de las relaciones inter-especies. Coinciden varios autores en expresar que la relación inter-especie comenzó por supervivencia, es decir, los humanos domesticaron animales no humanos para ayudarse en la caza, el pastoreo o la protección/abrigo con sus pieles y para herramientas de trabajo, por citar un ejemplo, cuerdas de cuero. Con el tiempo esta utilidad pasó más allá y germinaron vínculos emocionales.

En este punto es importante resaltar a los perros, pues jugaron un papel fundamental que marca el inicio de una relación de reciprocidad que existe hasta nuestros días.

Durante el Paleolítico (2 millones a 10.000 años atrás), nuestros ancestros homínidos comenzaron a interactuar con diversas especies, aunque estas relaciones no implicaban domesticación.
Los Homo habilis y Homo erectus, aprovechaban la presencia de carroñeros como hienas y buitres para localizar cadáveres de animales, obteniendo carne y médula ósea. También –nuestros ancestros- aprendieron a coexistir con grandes felinos y otros depredadores al ocupar refugios abandonados o cazar en las mismas áreas. Algunos estudios sugieren que los homínidos pudieron haber seguido a animales como lobos u otros depredadores para aprender de sus patrones de caza o incluso compartir recursos.

Con el surgimiento de Homo sapiens y Homo neanderthalensis, las interacciones con animales se volvieron más sofisticadas, es decir, las pinturas rupestres de hace más de 40.000 años (en lugares como Lascaux, Francia, y Altamira, España) muestran animales como bisontes, caballos y ciervos indicando la importancia espiritual, simbólica o práctica de estas especies.

Contacto

Utilice este formato para consultas, cotización de servicios o productos, o envíelo directamente desde su correo a Consulta