Apicultura y Fermentación: Productos apícolas

En este escrito pretendemos compartir información y experiencias en el proceso de la fermentación con otros productos de las abejas, distintos a la miel:

1. Polen: El polen también puede desempeñar un papel en la fermentación porque muchas levaduras y bacterias presentes en el polen dan inicio y a la fermentación. En ciertas técnicas de fermentación, se puede agregar polen a la mezcla para enriquecerla con nutrientes y microorganismos beneficiosos. Esto puede suceder en la producción de bebidas fermentadas como la cerveza o el hidromiel, donde el polen puede contribuir a la complejidad de sabores y aportar propiedades nutricionales adicionales. También sugerimos nuestra experiencia del uso del polen fresco o seco -dependiendo de lo que se quiera lograr- en procesos de segunda fermentación para el aporte nutritivo y abanico de nuevos aromas al final del fermento. Es de aclarar que el porceso de fermentación con el polen nos lleva a tomar -en nuestra experiencia- diversos caminos y todo depende si lo que vamos a lograr con la fermentación son bebidas, salsas o alimentos sólidos; para cada caso y según los tiempos fermentativos debemos ser cuidadosos para escoger el tipo de polen. En nuestro trasegar hemos encontrado sorpresas en cada uso, lo que nos lleva a recordar que el arte de la fermentación es tan diverso como subjetivo.

2. Propóleo: Aunque el propóleo no se utiliza directamente en el proceso de fermentación de alimentos y bebidas, si tiene beneficios indirectos. El propóleo tiene propiedades antimicrobianas y ayuda a controlar el crecimiento de microorganismos no deseados durante la fermentación. Algunas investigaciones han explorado el uso del propóleo como conservante natural en alimentos fermentados, ya que puede inhibir el crecimiento de bacterias y levaduras indeseables, promoviendo así la acción de los microorganismos deseables en el proceso de fermentación. En nuestra experiencia el propóleo oleoso supone una película de protección en fermentos de verduras.

3. Jalea real: La jalea real, debido a su composición nutritiva y sus propiedades bioactivas, es un complemento interesante en la fermentación. Aunque su uso directo en la fermentación es menos común que el uso de la miel, por ejemplo, se ha investigado su potencial para estimular el crecimiento y la actividad de microorganismos beneficiosos durante la fermentación. Además, la jalea real puede agregar sabores y aromas únicos a los productos fermentados. Hemos explorado su sabor en bebidas donde no solo le aporta un sabor único e indescriptible sino que funciona muy bien en fermentaciones salvajes, para arrancar desde ceros un fermento. Misma experiencia con larvas de zánganos y obreras.

En resumen, tanto el polen, el propóleo como la jalea real pueden desempeñar ciertos roles en el contexto de la fermentación. El polen puede aportar nutrientes y microorganismos beneficiosos, el propóleo puede tener propiedades antimicrobianas y la jalea real puede proporcionar características sensoriales interesantes lo mismo que las larvas. Sin embargo, es importante destacar que el uso de estos productos en la fermentación puede variar dependiendo del tipo de fermento y de las recetas específicas utilizadas.

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