El contacto y la interacción con la naturaleza y la biodiversidad tienen efectos positivos en el bienestar emocional y mental de las personas.

Evidencia creciente sugiere que la conexión con la naturaleza tiene efectos beneficios para la salud mental y emocional de las personas. Algunos estudios han demostrado que pasar tiempo en espacios naturales, como parques, áreas verdes y entornos naturales, reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y aumenta el bienestar general. Esta idea es conocida como la "teoría de la biofilia", que sugiere que los seres humanos tienen una afinidad innata por la naturaleza y que nuestro bienestar está vinculado a nuestra conexión con el mundo natural.

La teoría de la biofilia fue introducida por el biólogo Edward O. Wilson en su libro "Biophilia", publicado en 1984. De acuerdo con la teoría, nuestros ancestros, que vivieron como cazadores-recolectores en entornos naturales durante miles de años, desarrollaron un vínculo esencial con el mundo natural. Esta conexión era crucial para su supervivencia, ya que dependían de los recursos naturales para obtener alimentos, refugio y protección.

Wilson argumentó que a medida que las sociedades se volvieron más urbanizadas y tecnológicamente avanzadas, las personas comenzaron a desconectarse de la naturaleza, lo que condujo a diversas consecuencias negativas, como el estrés, la ansiedad y un deterioro del bienestar general. La hipótesis de la biofilia propone que esta desconexión de la naturaleza puede tener efectos perjudiciales para la salud humana y el bienestar emocional.

La teoría de la biofilia sugiere que la exposición a la naturaleza, incluso en pequeñas dosis, puede tener impactos positivos significativos en el bienestar humano. Interactuar con la naturaleza, ya sea pasando tiempo en parques, practicando la jardinería o simplemente teniendo vistas de áreas verdes desde una ventana, puede conducir a una reducción de los niveles de estrés, una mejora en la función cognitiva, un aumento de la creatividad y un mejor bienestar emocional.

Se puede colegir -con base a esta teoría- que una ciudad donde los ciudadanos son más conscientes y respetuosos con la biodiversidad, se fomente un mayor contacto con la naturaleza y se brinden oportunidades para interactuar con el entorno natural, puede traducirse en una mejora del estado de ánimo, reducción del estrés y una mayor sensación de bienestar en los ciudadanos. 

A lo largo de los años, la teoría de la biofilia ha ganado reconocimiento y ha sido aplicada en diversos campos, incluyendo la arquitectura, la planificación urbana, la atención médica y la conservación ambiental. Ha influido en el diseño de edificios y ciudades para incorporar elementos naturales, conocido como "diseño biófilo", con el objetivo de crear entornos que promuevan el bienestar al fomentar una conexión más fuerte con la naturaleza.

Si bien la hipótesis de la biofilia ha recibido apoyo de varios estudios, es importante reconocer que el comportamiento humano y el bienestar son complejos y están influenciados por múltiples factores como calidad del entorno urbano, el acceso a espacios verdes y las políticas de conservación y sostenibilidad, también pueden influir en cómo la biodiversidad afecta el bienestar emocional de los ciudadanos.