Hablando de hongos ceremoniales de culturas indígenas de manera indefectible debemos mencionar a María Sabina, la curandera indígena de la región de Oaxaca, México, fue famosa por haber llevado a cabo ceremonias tradicionales de consumo de hongos psilocibios conocidos como "hongos sagrados" o "niños santos". Estos hongos, también conocidos como Psilocybe mexicana, contienen compuestos psicoactivos como la psilocibina y la psilocina, que pueden inducir experiencias visionarias y estados alterados de conciencia.

María Sabina pertenecía a la etnia mazateca, y en su comunidad, los hongos psilocibios eran considerados sagrados y se utilizaban en ceremonias religiosas y curativas. Ella actuaba como una chamán o curandera y realizaba rituales en los que se consumían los hongos para facilitar la conexión con lo divino, obtener conocimiento espiritual y sanar enfermedades físicas y mentales.

Estas ceremonias eran parte integral de la cultura y la cosmovisión de los mazatecos, y María Sabina fue una figura respetada y reconocida en su comunidad por su conocimiento y habilidades curativas. Sin embargo, con el tiempo, su fama se extendió más allá de Oaxaca y atrajo la atención de investigadores y personas interesadas en la espiritualidad y la psicodelia.

En la década de 1950, la fama de María Sabina llegó a oídos de Gordon Wasson, un etnobotánico estadounidense, y su esposa Valentina, quienes viajaron a Oaxaca para experimentar personalmente las ceremonias de los hongos sagrados. Wasson publicó sus experiencias en un artículo de la revista Life en 1957, lo que llevó a un aumento en la popularidad de los hongos psilocibios en el mundo occidental y a una mayor atención hacia las tradiciones mazatecas

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El legado de María Sabina ha sido objeto de controversia, ya que la exposición mediática y la afluencia de turistas interesados en las ceremonias de los hongos sagrados tuvieron un impacto significativo en la comunidad mazateca y en la forma en que se llevaban a cabo las tradiciones. Muchos miembros de la comunidad consideraron que la comercialización y la apropiación cultural de estas prácticas eran problemáticas.

A pesar de esto, el legado de María Sabina sigue siendo significativo en el campo de la etnobotánica y la investigación psicodélica. Sus ceremonias y el uso de hongos psilocibios han inspirado a generaciones de investigadores y exploradores interesados en el potencial terapéutico y espiritual de estas sustancias. Sin embargo, es esencial abordar estas cuestiones con sensibilidad cultural y respeto por las comunidades indígenas y sus tradiciones.