La acción de cosechar miel de abejas data de hace 8.000 años, las primeras referencias de azúcar de caña se remonta a casi 5.000 años; es decir que ambos aliementos hacen parte de la historia alimenticia de los humanoides.

Si bien es cierto el azúcar refinado proviene de fuentes naturales (caña de azúcar, remolacha) su beneficio es muy limitado; realmente no vale la pena elevar glucosa en sangre por su simple capacidad edulcorante si hay mejor alternativa:la miel de abejas cruda.

La miel de abejas cruda y pura además de tener doble capacidad endulzante -lo que quiere decir que ocupará menos cantidad de lo que usaría de azúcar refinado-, contiene más de 70 biomoléculas beneficiosas para la salud, sin mencionar los micronutrientes, enzimas, vitaminas, probióticos y prebióticos.

El azúcar refinado es 85-100% sacarosa -dependiendo si es blanco o moreno- en las mieles crudas el contenido de fructosa y glucosa varía dependiendo de la floración y clima entre 25 a 40% y 30 a 44% respectivamente, existiendo mieles con tendencia al equilibrio en esta relación; es el caso de algunas mieles monoflorales.

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