La palabra estrés ( stress en inglés) es de origen griego stringereque significa provocar tensión. Es la respuesta inespecífica del organismo a cualquier tipo de demanda por protegerse de presiones emocionales, físicas o en situaciones de peligro extremo -sistema de alarma-.

En tal contexto, el estrés es una respuesta evolutiva de los organismos, por tanto ha de tener aspectos beneficiosos para algunas personas. Cada persona según su carácter, tiene una respuesta propia al estrés, y la acumulación de estos fenómenos estresores cumplen una ecuación importante para superar o no estos acontecimientos.

Existen reacciones a agentes estresores que pueden ser intensas o breves; dependiendo de la agresión, es así como el ataque puede ser directo a nuestras emociones y de manera consecuente se afectan nuestros órganos (estrés somático).

El estrés se manifiesta de distintas maneras en el cuerpo y en la expresión de las emociones, es así como pueden aparecer sentimientos de fracaso, irritabilidad, ganas incontrolables de llorar, cansancio permanente (tanto físico como emocional), transtorno del sueño, palpitaciones, ganas irreprimibles de fumar o tomar alcohol.

Desde una perspectiva evolutiva, el estrés ha sido una respuesta importante para ayudar a los homínidos y otros animales a sobrevivir y adaptarse a situaciones difíciles en su entorno. Cuando un animal percibe una amenaza, su cuerpo libera una serie de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que preparan al cuerpo para la acción y ayudan a mejorar la función cognitiva y física. Esto puede ser útil en situaciones de lucha o huida, como cuando un homínido debe enfrentarse a un depredador o huir de un incendio forestal.

Sin embargo, en la sociedad moderna, las situaciones estresantes a menudo no son amenazas físicas inmediatas, sino más bien desafíos emocionales, sociales o laborales. El cuerpo humano aún responde al estrés de manera similar a la forma en que lo hacía en la época de los homínidos, pero los estresores modernos pueden ser más persistentes y menos inmediatos, lo que puede llevar a problemas crónicos de salud mental y física si no se manejan adecuadamente.

Lo bueno del estrés es que nos reta a ser mejores y a apropiarnos de los mecanismos de adaptación conscientes como la alimentación o el agradecimiento y escoger algún sistema de soporte externo, escríbanos ahora a contacto@imiel.co tenemos productos de la colmena que le ayudarán a mejorar su estado de ánimo nutriendo su microbioma para tener salud insuperable.