Equilibrio: cuerpo y emociones

La salud es el resultado de las acciones que realizamos para mantener homeostasis, es decir, un equilibrio general de la mente el cuerpo y el espiritu. En el mismo contexto, se requieren de equilibrios parciales de los componentes somáticos, psiquicos y espirituales. Mantener la homeostasis, es decir, el equilibrio interno del cuerpo, es esencial para mantener una buena salud. Sin embargo, el concepto de equilibrio no se limita solo al cuerpo, sino que también se aplica a la mente y al espíritu.

La salud holística reconoce que la mente, el cuerpo y el espíritu están interconectados y son igual de importantes para la salud y el bienestar en general. Por lo tanto, es necesario cuidar no solo el cuerpo físico, sino también la mente y el espíritu para mantener una salud holística.

El equilibrio parcial de los componentes somáticos, psíquicos y espirituales es una parte importante de este enfoque holístico -equilibrio: cuerpo y emociones- de la salud. Significa que debemos prestar atención y cuidar cada uno de estos componentes por separado, pero también reconocer su interdependencia y cómo se afectan mutuamente. 

Por ejemplo, un desequilibrio psicológico puede manifestarse con síntomas físicos, mientras que un problema de salud física puede tener un impacto negativo en nuestra salud mental y emocional. No olvidar que, cuidar nuestro espíritu puede ayudarnos a encontrar un sentido de propósito y significado en la vida, lo que a su vez puede tener un efecto positivo en nuestra salud mental y emocional. Por lo tanto, es importante trabajar en equilibrar y cuidar todos los componentes de nuestro ser para lograr una salud holística y duradera.

Desde que la medicina humana empezó a comprender que las enfermedades no ocurren asociadas a una única causa, se incluye la importancia de las emociones, las cuales en sí mismas son perfectas lo importante es reconocerlas (no ignorarlas/recharzarlas, llamarlas por su nombre) para poder administrarlas.

Si no usamos las herramientas para gestionar las emociones permitimos que se arrinconen, acumuladas, al final, se convierten en pequeñas bombas que van a explotar, todo esto perjudica nuestros órganos, cambian la bioquímica de la sangre. Hay emociones que nos enferman, unas que nos ayudan a sanar, como la alegría.

Los órganos del sistema digestivo influyen en nuestras emociones, la relación entre el aparato digestivo, el cerebro, el sistema inmune y hormonal es absolutamente dificil de separar. Al tiempo que le da buen diligenciamiento a sus emociones incluya  nutrientes  que protejan su microbioma, que le den bienestar insuperable, para ello use productos de la colmena con prospectiva adaptogénica. contacto@imiel.co

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