La importancia de la evolución humana en la alimentación es un tema fascinante que nos permite comprender cómo nuestras necesidades alimentarias han evolucionado a lo largo del tiempo. La transición de nuestros ancestros desde una dieta basada en frutas y plantas a una dieta más diversa y adaptable ha sido fundamental para nuestro desarrollo como especie.

1. La revolución cognitiva y el uso del fuego: Durante la revolución cognitiva, nuestros antepasados desarrollaron habilidades cognitivas avanzadas que les permitieron usar herramientas y dominar el fuego. El uso del fuego fue un hito crucial en nuestra evolución nutricional, ya que nos permitió cocinar los alimentos. La cocción de los alimentos facilitó la digestión y la asimilación de nutrientes, además de proporcionar una mayor variedad de alimentos disponibles.

2. Adaptación a diferentes entornos: A medida que nuestros antepasados se dispersaron por diferentes regiones geográficas, se adaptaron a una amplia gama de entornos y condiciones alimentarias. Esta adaptabilidad les permitió aprovechar los recursos disponibles en cada región, desde la caza de animales hasta la recolección de plantas y la pesca. La capacidad de adaptarse a diferentes entornos alimentarios fue crucial para la supervivencia y el éxito de nuestra especie.

3. Desarrollo de habilidades culinarias: A lo largo de nuestra evolución, desarrollamos habilidades culinarias, como la preparación y cocción de alimentos. Estas habilidades nos permitieron procesar y transformar los alimentos de manera más segura y beneficiosa para nuestra salud. La cocina no solo mejoró la digestibilidad de los alimentos, sino que también contribuyó al desarrollo de nuestra cultura y sociedad, alentando la cooperación y el intercambio de conocimientos.

4. Expansión de la dieta: A medida que avanzamos en la evolución, nuestra dieta se expandió más allá de las frutas, plantas y tuétanos de carroña. Comenzamos a consumir una amplia variedad de alimentos, incluyendo carnes, pescados, mariscos, tubérculos y cereales. Esta diversificación de la dieta nos brindó acceso a una mayor cantidad de nutrientes esenciales y contribuyó al desarrollo de nuestras capacidades cognitivas y físicas. Le debemos tanto al fuego.

5. Influencia de los genes y la epigenética: A pesar de los cambios en nuestra dieta a lo largo de la evolución, nuestros genes han experimentado cambios mínimos. Sin embargo, la epigenética, que estudia cómo los factores ambientales pueden influir en la expresión de los genes, desempeña un papel importante en la relación entre la evolución humana y la nutrición. Nuestros genes pueden responder de manera diferente a diferentes dietas y factores ambientales, lo que destaca la importancia de la individualidad en la alimentación y la necesidad de una aproximación personalizada a la nutrición, además de aprovechar las cosechas de temporada en la región donde se habita.

La evolución humana ha moldeado nuestras necesidades nutricionales, desde la transición a una dieta basada en frutas hasta la diversificación de nuestra alimentación a lo largo del tiempo. Comprender nuestra historia evolutiva nos brinda una base sólida para comprender nuestras necesidades nutricionales actuales y nos permite tomar decisiones informadas sobre nuestra alimentación para lograr una salud óptima.

En resumen:

1. Nos alimentamos de frutas y plantas

2. Comimos carroña y lo que nos dejaban comer los demás animales (tuétano)

3. Con el dominio del fuego cocinamos animales pequeños, tuberculos y semillas

4. Los cereales y productos lácteos suponen una relación más jóven con los homínidos.

Con base en esta enumeración y, aunado a que el cerebro y nuestro sistema digestivo se nos encogió, con el único fin de ahorrar energía se puede colegir -desde la evolución- cual debe ser nuestra tendencia alimenticia. Misma que nos trajo hasta nuestros dias y desarrollar/crear toda la tecnología que tenemos.