Por qué nos deprimimos?

Precedente, en modo hiperbólico: La precisión para descodificar las claves dentro de nuestro cuerpo y poder gobernar las decisiones que nacen de nuestra experiencia, que se han formado - redes neurales subcorticales- gracias a cada hecho de nuestra vida. Este control determina la diferencia entre una vida satisfactoria y una vida de tropiezos.

Sabemos que las emociones tienen un gran impacto sobre los mecanismos de atención, efectivamente, los eventos negativos no son excepción, al contrario; un divorcio, la muerte de un ser querido, un despido laboral genera un caos emocional.

Ciertamente una combinación de factores biológicos, genéticos, psicológicos y ambientales puede contribuir al desarrollo de la depresión, pero tambien es cierto que la percepción de las nuevas complejidades ( aun cuando la percepción sea limitada en situaciones negativas), el juicio y valor que le demos definen la estrategia para desconectarnos de las distracciones emocionales, es decir, conseguir la habilidad de concentrarnos en un objetivo ignorando todo lo demás. De esta forma una red neuronal crea un entramado que inhibe las turbulencias emocionales que nos aquejan, involucrándonos de manera especial en lo que hacemos, generando un bienestar. Enfoque.

Ahora bien, en situaciones de complejidad emocional podemos echar mano de la capacidad del cuerpo para enviar señales y mensajes que pueden influir en nuestras decisiones y experiencias, entonces es importante tener en cuenta que nuestro cuerpo está constantemente comunicando información a nuestro cerebro a través de señales nerviosas, hormonas y otros mensajeros químicos. A más entrenamiento en evitar distracciones y mensajes corporales inadecuados al cerebro, menos probabilidad hay de que un estímulo pueda hacer que nuestra mente se pierda en pensamientos que atormenten y generen ansiedad y/o permitirnos deprimirnos.

Tal así como en nuestra experiencia sensorial y física del mundo que nos rodea, por ejemplo, cuando tocamos algo caliente, los termoreceptores en nuestra piel envían señales a nuestro cerebro que nos hacen sentir dolor y retirar nuestra mano. De manera similar, cuando sentimos miedo, nuestro cuerpo libera hormonas como la adrenalina que nos preparan para enfrentar una situación de peligro.

Como corolario para no deprimirnos debemos tener en cuenta que el cerebro no actúa de forma aislada, sino que está interconectado con todo el cuerpo. Entonces,  el estado físico del cuerpo, incluyendo la nutrición, el sueño, la actividad física, las relaciones con personas adecuadas y otros factores tienen un impacto significativo en la capacidad del cuerpo para enviar señales efectivas al cerebro.

Una buena salud física contribuye a un mejor estado de ánimo y a una mejor toma de decisiones, provea a su cuerpo de nutrientes de la colmena, adaptogénicos, que generan bienestar y mejoren su concentración.  contacto@imiel.co

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