Se sabe, desde la psiquiatría, que acumular estrés potencia la rabia/enojo, hasta el punto que el mal humor se exprese en un día lleno de complejidades sin saber administrarlas.

Cuando afloramos la ira, la amigdala -centro emocional del cerebro- convoca la secreción de adrenalina y esta, provoca un impulso de lucha; la sangre llega a órganos para emprender esta defensa/lucha.

Aunque hay "ira buena", es decir, la que se siente ante injusticias sociales que hace unir a la manada en busca de proteger al indefenso y/o luchar de manera motivada por represiones de cualquier índole. En cualquier escenario, la rabia es buena si sólo si, se expresa de manera saludable y coherente sin usar medios dañinos que pueda agredir al otro.

Y si usted está pensando que acudir  al silencio es mejor, es una elección equivocada. Hay estadísticas que sugieren que las personas que guardan silencio -en altercados conyugales- tienen más posibilidades de morir de un ataque cardíaco -aun sin antecedentes familiares- que las personas que dicen lo que piensan.

Pequeños sorbos de miel de abejas en momentes de enojo le ayudan a metabolizar la adrenalina circulante, eliminar el cortisol, mientras que los minerales presentes en la miel son usados por neurotransmisores para enviar señales hormonales de tranquilidad, calma y felicidad.

Los componentes probióticos presentes en la miel cruda y pura contribuyen al equilibrio de la microbiota intestinal, lo que genera  un impacto positivo en el estado de ánimo y en la salud mental en general. Además, carbohidratos presentes en la miel,  son una fuente importante de energía  inmediata para el cerebro ayudando a alcanzar la serenidad y la concentración. Igualmente la riqueza en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios reducen la inflamación en el cuerpo y mejoran estados de rabia y enojo.

Incluya su sachet personal de miel de abejas en su cartera/portafolio al trabajo.